Esta entrevista a Eugenio D’Ors fue publicada el 10 de junio de 1916 en el número 128 de la revista La Esfera, en la sección “Nuestras visitas”. Esta sección estaba dedicada a la entrevista de escritores, músicos, artistas etc. y el encargado de su elaboración era “El Caballero Audaz”, seudónimo con el que era conocido el escritor y periodista español José María Carretero Novillo (1887 - 1951).
La entrevista a D’Ors, apodado “Xenius”,
fue llevada a cabo en la casa de este en la vía barcelonesa de Diagonal, dónde
podemos ver dos fotografías gracias a la asistencia del fotógrafo Campúa. La
primera, justo antes de comenzar el texto, nos muestra al escritor catalán en
su gabinete de trabajo, y la segunda, casi al final, en su biblioteca.
Tras pasar a su despacho, Carretero Novillo
nos describe al “joven, alto, recio…” como alguien simpático a pesar de haber
escuchado lo contrario por parte de otra gente. El mismo se sorprende de la
maleta preparada que se encuentra también en el despacho, ante lo que “Xenius”
le cuenta que está siempre preparada para salir de viaje, una de sus pasiones.
Hablan entonces de Cataluña, lugar que dice amar, donde se crio y donde ahora
permanece debido a su cargo de Secretario General del Instituto de Estudios
Catalanes. También fue allí donde estudió Derecho, carrera por la que confiesa
no haber sido nunca aficionado. Por ello, se mudó a Madrid para perseguir su verdadera
pasión, la filosofía. De Madrid viajó a París, donde trabajó como corresponsal
de La Veu y en esta comenzó su famoso
“Glosario”, trabajo que siguió realizando durante los diez años que habían pasado.
Al año volvió a España y, cansado, a los quince días volvió a París.
Fue en la capital francesa donde
encontró a su maestro, Poncairé, a quien atribuye haberle llevado por el
sendero de la filosofía. Menciona los diversos trabajos que comenzó a crear a
partir de entonces – memorias, libros etc. – y sus viajes a Alemania e Italia.
Tras esto, estudió dos años Psicología en París y más tarde se trasladó a
Holanda. En 1909 fue nombrado catedrático de los estudios universitarios sobre
materias filosóficas. Comenzó entonces a pasar un mes al año en Barcelona y el
resto en otro lugar “donde estuviera mi espíritu” – declara – hasta ser llamado
por el Instituto de Estudios Catalanes. Allí creó en 3 años una biblioteca con
47.000 volúmenes.
Le pregunta entonces el
entrevistador por el porvenir, a lo que él responde “mi aspiración es la
serenidad de la vida (…) ser un nuevecentista,
un hombre de mi siglo, e idealista”. También le pregunta sobre sus literatos
favoritos, a lo que D’Ors afirma seguir dos caminos: el de la tradición, con
autores como De Leonardo, Leibnitz, Goethe..., y el de autores estrictos, secos
y económicos como Aloyssins, Bertrand, Labruyére o “Azorín”. Carretero Novillo
continúa preguntándole por sus gustos y, sabemos así, que a D’Ors no le agradan
ni el teatro ni la oratoria. Respecto a esto último dice que “el monólogo es la
muerte” y que lo más importante es el diálogo.
Finaliza la entrevista hablando
sobre los libros de “Xenius”. Él afirma no recordar cuantos ha publicado pero
dice que los más vendidos son “La muerte de Isidro Nonen” y “La bien plantada”.
Como obsequio le firma al entrevistador unos cuantos ejemplares, mientras este
observa unos dibujos que adornan las paredes hechos por el propio “Xenius”.
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